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Pero en el año 2000, Steve Saleen (dueño de la companía) se volvió un poco loco y decidió hacer un auto propio. El resultado de ésto fue la monstruosidad a la izquierda: el S7.
El S7, superdeportivo desde nacimiento, tiene en la zona centro-trasera un V8 427 Ford de 7.0 lt que es capaz de elaborar 550 BHP y de llevar a la máquina de 0 a 100 en 3.3 seg y hasta los Dios sabe cuantos km/h de velocidad punta. El sucesor del S7, el S7 TwinTurbo, tiene 750 BHP, va de 0 a 100 en 2.8 seg y llega a los 399 km/h.
El hecho de que sea americano no me convence mucho, ya que para EE.UU., un buen auto es un sofá pesadísimo con un V8 de 200 litros del que pudieron sacar sólo 200 BHP. Pero éste es diferente; puede ser más avanzado, puede doblar las curvas que se le presentan y no simplemente chocar contra el árbol más próximo.
El S7 aspirado dejo de ser producido en 2004, el TwinTurbo, en el 2009. Nuevo, el S7 TT salía U$D 555.000 mínimo. No es de extrañar que el lema de Saleen sea "Power in the hands of a few" (Potencia en manos de unos pocos).
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