viernes, 14 de diciembre de 2012

Agus sobre: Ford Sierra XR4


A partir de la década de 1980, los autos del mercado argentino comenzaron poco a poco, a modernizarse. La barrera de los 180 km/h que diez años atrás sólo podía ser atravesada por motores de más de 4 litros, comenzó a ser superada por vehículos con la mitad de la cilindrada. Y uno de los más claros exponentes de este avance fue el Ford Sierra XR4 de 1984.

El motor era un 4 en línea de 2.3 litros, conocido como "SP". Este motor liberaba 120 BHP, llevando a la XR4 a los 190 km/h (aunque se han registrado velocidades de más de 210 km/h), y de 0 a 100 en 10.3 segundos. La tracción iba a las ruedas traseras, y junto a la suspensión posterior independiente, forman un digno vehículo deportivo (ciertamente más que suficiente para la Argentina de mediados de los '80). La única crítica en este aspecto es que uno siente que, mientras que la potencia alcanza, el auto podría hacer un uso fantástico de unos 80 BHP extra (recordemos que la versión europea posee un V6 de 2.8 lt).
Al ingresar, el XR4 muestra el confort que es casi sinónimo del nombre Sierra. Los asientos están especialmente diseñados para ajustarse anatómicamente al cuerpo de sus pasajeros, también brindando un generoso espacio interior. El equipamiento interior incluye radio, un buen sistema de sonido, aire acondicionado y levanta vidrios eléctricos (aunque el aire y los levanta vidrios no parezcan muy lujosos, era algo que no se encontraba en muchos de los autos argentinos de ese momento). El techo corredizo también era un gran complemento.
Una de las mejores características de este auto, es que fue uno de los últimos modelos en poseer un interior estadounidense bien construido  ya que después de esta era, la terminación en los autos norteamericanos se volvió terrible.
La carrocería logra balancear la deportividad del modelo con la elegancia herencia del Sierra. No sólo se aprecia la deportividad en el alerón doble, sino que también en el conjunto llantas y neumáticos, en la delicada franja lateral y en la tan criticada ventana doble lateral (muchos opinan que se debería haber utilizado la ventana única que se encuentra en el modelo europeo, pero yo creo que la división del parante queda muy bien). La cola presenta un tema de discusión, ya que se ve un tanto más elevada que el diseño en cuña del resto del coche. Salvo ésto, el perfil del coche es prolijo, equilibrado y atractivo.
Otro tema es el alerón doble, que divide a los fans del XR4. Mi opinión es que no se ve tan mal, y además le propina al coche estabilidad y una leve (aunque útil) carga aerodinámica.
Una de las particularidades del XR4 que enamoraron al público argentino fue el excelente andar en ruta. Si el Ford Sierra original no era suficientemente bueno, éste, con más potencia, sacia el deseo de velocidad de cualquier hombre normal, como un contador de Villa Sarmiento. Carlos Reutemann elogió su capacidad de doblar, tanto en lo rápido como en lo lento. Quizá tienda a sobrevirar, pero nada que no pueda ser controlado aún por las más inexpertas manos.
El precio era, en aquel entonces, de unos 2.500.000 australes. Hoy día, el equivalente es de unos U$D 30.000 aproximadamente. Claramente, era mucho dinero a pesar de ser un auto de alta gama y, además, deportivo. Por eso, los dueños originales de las XR4 eran personas que no contaban las monedas de a una. Hoy por hoy, se pueden conseguir ejemplares en Internet por precios de entre 20.000 a 30.000 pesos argentinos (4000 a 6000 dólares, pero ese número baja constantemente dada la devaluación de la moneda argentina) dependiendo de su estado, pero cabe resaltar que muchas han sido usadas por estúpidos jóvenes con gorras al revés, que les destruyeron motor y carrocería.
En la industria argentina, junto con la Renault Fuego, la XR4 fue uno de los coches revolucionarios, y que quizá hoy no les damos la importancia que merecen, sólo por ser viejos.
Realmente es una pena que no se puedan conseguir modelos en buen estado de tanto la Fuego como la XR4. Ojalá algún día alguien se de cuenta de cuánto necesita el mercado argentino otro de estos gloriosos autos de 2.2 o 2.3 litros construidos bien. Construidos como antes.

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