martes, 16 de octubre de 2012

Agus sobre: Mercedes Benz SL65 AMG Black Series

El "Black Series" nació como una versión de alto rendimiento del SL65 AMG (cuyo rendimiento, por lo cierto, ya es suficientemente alto para mi). Con el objetivo de maximizar el desempeño, se ampliaron los turbos y se le redujo una gran cantidad de peso. A pesar de estos cambios, el fantástico diseño del auto se mantuvo.
El motor es un V12 twin turbo de 6.0 lt que libera 661 BHP. Tarda sólo 3.8 segundos en acelerar de 0 a 100 km/h. Con el objetivo de proteger a otros automovilistas y al ambiente, se le limitó la velocidad máxima. A nada menos que 320 km/h. Y es perceptible que no se toma mucho tiempo en llegar a esa velocidad, dadas las enormes cantidades de empuje y aceleración que el SL65 despide.
El diseño del Black es el mismo que el del SL63 en todas sus formas (AMG, Cabrio, etc.), pero más bajo y con un ensanchamiento de la carrocería que te dice 2 cosas: "soy más rápido de lo que piensas" y "te voy a patear en la cara". Más allá de la amenaza, es fantástico. Conquistan la mirada esas características de auto de carreras. Creo yo que es uno de los autos más lindos de la década pasada, teniendo como factores determinantes la brutalidad y el enojo así como también la velocidad que refleja.
Al manejarlo, el Black subvira (no dobla), pero bajo las adecuadas manos posee un fantástico control, y se dirige donde uno quiere. También tiene la capacidad, dada la magnífica aceleración, de hacer largos tramos de rectas durar muy poco tiempo, rajando el piso con el pie derecho pegado al suelo. Es más fácil de manejar a altas velocidades que cualquiera de todos sus rivales de la franja de 320 km/h, y también es más divertido. Se libera su verdadero poder en el circuito, ya que en la calle es inútil y sólo debería transitar por ésta en el camino a la pista. 
En cuanto al interior; no se compara a aquellas cabinas de los autos "high performance", con su austeridad y su eterna búsqueda por  reducir peso. En cambio, es un interior muy bien equipado, con GPS, compatibilidad con iPod y hasta caja automática (todas cosas que yo considero innecesarias en un auto que se debería utilizar en la pista nada más). El mayor problema es el confort. Los asientos son fibra de carbono, lo que combinado con las ruedas de perfil bajo y la durísima suspensión hacen un viaje capaz de partirte la columna en 7, pero de nuevo, sólo se debería dedicar al Black Series a la pista de carreras. 
Por último, otro problema. La etiqueta de precio. En el momento en que el SL65 AMG Black se lanzó, su competidor directo era el 599 GTB Fiorano. El problema, es que el precio del italiano era de sólo U$D 20.000 más que el del alemán. Por lo que la elección era obvia, dada la gran historia y prestigio de la marca del cavallino. El elevadísimo precio del Mercedes es francamente injustificable, ya que es un muy buen auto y también muy hermoso, pero no para U$D 300.000 (aprox.).           
      

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