El objetivo de Peugeot era hacer una coupé deportiva que presente competitividad en el segmento, junto con autos como el Audi TT o el Volkswagen Scirocco. Con esta meta, debieron mostrarse fieles al prototipo que, a pesar de no ser muy surrealista, era hermoso.
El motor es completamente nuevo, un 4 en línea de 1.6 lt. turbo comprimido. Éste produce 200 BHP, con transmisión manual, acelera de 0 a 100 en 7.6 seg y su velocidad máxima es de 235 km/h. Es importante destacar que cuando uno va tranquilo, el motor actúa como un 1.6 normal, pero cuando realmente se lo "pisa", el sonido explica por qué hay un león en la trompa. Es realmente uno de los mejores sonidos que haya salido de un Peugeot en los últimos años.
Dentro del RCZ, el sentimiento de deportividad continua con un tablero instrumental lleno de diales con luces y cromo. Las salidas de aire acondicionado también vienen con detalles plateados y todo el resto del tablero está cubierto por cuero. Al encender el coche, una pantalla sale de arriba del reloj y las salidas de aire que se encuentran en el medio del auto. Todos los botones y artilugios parecen de gran calidad (extraño para un auto francés). Una de las pocas críticas que le puedo hacer al RCZ es que al sentarme, por alguna razón me siento en un 206. A pesar de preciarse de ser una coupé 2+2, los ocupantes de los asientos de atrás deben perder sus extremidades antes de ingresar al coche.
El diseño es responsabilidad de las mismas tripas de Peugeot, a diferencia de las anteriores coupé deportivas de la marca que fueron encomendadas a agencias de diseño. El prototipo tuvo excelentes críticas, razón por la que la marca francesa decidió apegarse a éste lo más posible, con gran éxito. Se mantuvo el techo de doble burbuja de vidrio y las líneas musculosas que lo hacen tan atractivo a primera vista. Se planea la versión para el 2013, la cual busca contener el alma de la versión anterior pero con un poco de la nueva corriente de diseño (lo cual, para mí, no le favorece en nada).
El precio ronda los U$D 40.000, lo que lo hace más barato que su competidor, el Volkswagen Scirocco. Pero claro, éste es mejor para manejar, es más potente, la respuesta de la dirección es superior, la caja se siente más deportiva. Es decir que por un poco más de dinero, uno se estaría llevando a su casa otro tipo de auto, más deportivo y con ingeniería alemana.
El RCZ es de lo mejor que vimos de Peugeot en las últimas décadas y también de lo más lindo. Por eso, una certera descripción para el RCZ es: RCZ. Un pequeño paso para la humanidad, un gran paso para Peugeot.
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