Estilizado con la nueva corriente de diseño de Kia, el Picanto se convierte en uno más de los compactos urbanos que se ofrecen en el mercado argentino. Pero éste dice no ser uno más del montón; incorporando una figura atractiva y un gran propulsor.
El motor del Picanto es un cuatro en línea de 1.25 L, que produce una potencia máxima de 84 HP (86 CV). No mucho, pero suficiente para llevar al pequeño de 0 a 100 en 11.4 segundos y hasta los 171 km/h. En nuestro país, se pueden conseguir dos opciones de transmisión diferentes: el automático de cuatro velocidades, o el manual de cinco. Mi opinión se inclina por la manual, pero no va por otra cosa que un gusto personal; ambas son muy buenas. El consumo urbano es de 10.5 km/L, mientras que en ruta baja a 8.8.
El estilo del exterior corresponde al nuevo lenguaje de diseño de Kia, que también se puede ver en sus nuevas SUV, como la Sportage y la Sorento (de hecho, el diseñador es el mismo). En oportunidades sucede que un determinado estilo puede funcionar en camionetas pero no en compactos (o viceversa). Pero nada de esto pasa con el Picanto. Mientras que las camionetas se ven geniales, el pequeño compacto también lo hace. Creo que lo que más me atrae del Picanto son las líneas modernas e innovadoras (las ópticas delanteras y traseras lo reflejan, y forman parte importante del apecto general). El diseño lo hace parecer moderno, simpático y sensual, pero no tan adorable como el Cinquecento.
Por dentro, el Kia es bastante similar a sus competidores del segmento, aunque el Picanto posee una mejor calidad de armado. Una de las pocas cosas que vale la pena resaltar es el volante, que tiene sólo dos rayos, dejando una simpática "boca de payaso" por debajo. La consola central es bastante normal (casi aburrida) y el tablero posee un cuentavueltas, un velocímetro y un medidor de gasolina. También se puede encontrar una pequeña luz verde que se prende cuando el conductor realiza un manejo de bajo consumo.
Una de las diferencias entre la versión automática y manual, además de la transmisión, es el equipamiento. La versión manual tiene llantas de aleación, luces intermitentes en los espejos retrovisores, faros antiniebla y levantavidrios eléctricos traseros, mientras que el automático carece de ellas. En cambio, el automático posee control de estabilidad o ESP a diferencia del manual. ¿Recuerdan que previamente recomendé la versión manual? Bueno, ahora me inclino por la automática; ya que a pesar de que yo prefiero la caja manual, prefiero mi propia seguridad sobre ésta.
Al andar, se nota que la suspensión es bastante rígida, lo que lo hace incómodo para las calles argentinas. Pero al perder comodidad, una suspensión dura gana dinamismo en las curvas, previniendo la inclinación de carrocería.
El precio es de unos U$D 20.000 y 1000 más para la versión automática. Dentro de la misma categoría y en un rango de precios similar se encuentran: el Hyundai i10 (que comparte gran parte del equipamiento y partes con el Picanto) a U$D 19.000, el Fiat 500 (mucho menos práctico que el Kia) a U$D 21.000 y el Smart ForTwo a U$D 26.000.
El precio es de unos U$D 20.000 y 1000 más para la versión automática. Dentro de la misma categoría y en un rango de precios similar se encuentran: el Hyundai i10 (que comparte gran parte del equipamiento y partes con el Picanto) a U$D 19.000, el Fiat 500 (mucho menos práctico que el Kia) a U$D 21.000 y el Smart ForTwo a U$D 26.000.
En conclusión, el Kia Picanto es un gran auto para la ciudad, gracias a un motor silencioso, un interior de buena calidad y un diseño impactante.
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