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Los franceses nunca realmente dieron en el clavo con los autos deportivos, hasta que los alemanes de Volkswagen tomaron las riendas y en el 2005 se lanzó el, en aquel momento, auto producido en serie más rápido de la historia: el Bugatti Veyron EB 16.4. Éste, al superar los 408 km/h, se convirtió en el auto para calle más veloz que el hombre haya producido.
El motor original del Veyron es un W16 de 8.0 litros que produce 987 HP (1001 CV), llevando al Veyron de 0 a 100 km/h en tan poco tiempo como 2.4 segundos y hasta los 408 km/h.
Los números que acompañan a este motor son impresionantes: cuarto turbocompresores, 16 cilindros con cuarto válvulas cada uno, dando un total de 64 válvulas, doble doble (no, no es una repetición por error) árbol de levas a la cabeza, cuatro kilómetros por litro gastado.
El diseño... Dicen que una vez le preguntaron al diseñador por qué no había hecho al Veyron más lindo. También dicen que este se rió por un mes seguido, sin parar. Sucede que el Veyron no es una herramienta de belleza, como otros autos. Ni siquiera es una herramienta de velocidad con un poco de preocupación sobre su aspecto. Es una máquina 100% focalizada en la velocidad, y punto. Nada importa más que el poder de manejar más de 37.000 litros de aire por segundo, viajando a 370 km/h. Y el poder de poder frenar esa velocidad bruta también. Pero en cuestión de gustos, nada de esto importa. El Veyron es uno de esos autos que uno odia o ama, sin punto medio, sin grises. A mi, personalmente, me encanta. La forma que esas lineas contorneadas para el limpio paso del aire le dan al coche hacen que éste parezca limpio, puro, sin la más mínima imperfección. Además, la manera en que todo se agranda atrás hace que el Bugatti parezca muy deportivo. El frente es mi única duda, en el que todo está en un ángulo muy extraño.
En realidad, el Veyron no siempre fue el auto más rápido del mundo desde el 2005, año en que se coronó. En el 2007, un auto muy feo llamado SSC Ultimate Aero superó los 408 km/h del Veyron, viajando hasta los 413 km/h. Pero en Bugatti no se quedaron sentados y fabricaron un Veyron más rápido, el Super Sports. Éste, con casi 200 HP más que el Veyron regular, superó al SSC y devolvió la corona del auto más rápido del mundo a Bugatti. ¿Qué velocidad logró? Unos sorprendentes 429 km/h.
El Veyron Super Sports tiene el mismo motor W16 de 8.0 lt, con la diferencia que éste produce 1.184 HP y llega a los 431 km/h (y más allá). El Super Sports se construye desde el 2010, y es la única versión del Veyron en producción desde que el estándar se dejó de fabricar en el 2011.
Pero tranquilos, el Veyron Super Sports no va a ser el último Veyron. Bugatti ya anunció planes para la segunda mitad del 2013 de fabricar el Super Veyron. Éste va a tener un motor de 9.8 litros, resultando 1.600 HP. También se le adelgazarán 250 kg usando más fibra de carbono y se le mejorará la aerodinamia, ya que el auto es muy liviano y literalmente puede salir volando a velocidades excesivamente altas. El tiempo de 0 a 100 será de 1.8 segundos y la velocidad máxima será de 460 km/h.
El Veyron normal ya no se puede comprar, ya que ha sido retirado de la producción. Pero sí se puede comprar un Veyron Super Sports, a una módica suma de U$D 2.250.000, aunque con todos los opcionales, no es difícil gastarse más de 4.500.000 en un buen Super Sports a la medida.
Entiendo el punto de que la humanidad siempre tenga que llegar un poco más lejos (o más rápido en este caso). ¿Pero cual es el punto de tanta velocidad a tal precio? Si el único que lo va a poder manejar va a ser un príncipe de Qatar, y sólo para llegar a fiestas luciéndose en el auto más caro que el dinero pueda comprar, a 20 km/h. Y si hay que preguntar, ¿Cuál es el punto de tanta velocidad? Puedo casi jurar que ninguno de todos los Veyron que abandonen la fábrica va a ver la franja de los 400 km/h. Simplemente porque no hay pistas ni carreteras en todo el mundo lo suficientemente largas. En realidad si hay una, pero es propiedad de Volkswagen. Entiendo que hay gente en el mundo que debe gastar tanta plata en un auto, pero ¿qué diferencia hay entre que vaya a 400.000 km/h o a 250? Si, los números son fantásticos, sorprendentes y hasta buena publicidad, pero en la vida real, son francamente inútiles.
El diseño... Dicen que una vez le preguntaron al diseñador por qué no había hecho al Veyron más lindo. También dicen que este se rió por un mes seguido, sin parar. Sucede que el Veyron no es una herramienta de belleza, como otros autos. Ni siquiera es una herramienta de velocidad con un poco de preocupación sobre su aspecto. Es una máquina 100% focalizada en la velocidad, y punto. Nada importa más que el poder de manejar más de 37.000 litros de aire por segundo, viajando a 370 km/h. Y el poder de poder frenar esa velocidad bruta también. Pero en cuestión de gustos, nada de esto importa. El Veyron es uno de esos autos que uno odia o ama, sin punto medio, sin grises. A mi, personalmente, me encanta. La forma que esas lineas contorneadas para el limpio paso del aire le dan al coche hacen que éste parezca limpio, puro, sin la más mínima imperfección. Además, la manera en que todo se agranda atrás hace que el Bugatti parezca muy deportivo. El frente es mi única duda, en el que todo está en un ángulo muy extraño.
En realidad, el Veyron no siempre fue el auto más rápido del mundo desde el 2005, año en que se coronó. En el 2007, un auto muy feo llamado SSC Ultimate Aero superó los 408 km/h del Veyron, viajando hasta los 413 km/h. Pero en Bugatti no se quedaron sentados y fabricaron un Veyron más rápido, el Super Sports. Éste, con casi 200 HP más que el Veyron regular, superó al SSC y devolvió la corona del auto más rápido del mundo a Bugatti. ¿Qué velocidad logró? Unos sorprendentes 429 km/h.
El Veyron Super Sports tiene el mismo motor W16 de 8.0 lt, con la diferencia que éste produce 1.184 HP y llega a los 431 km/h (y más allá). El Super Sports se construye desde el 2010, y es la única versión del Veyron en producción desde que el estándar se dejó de fabricar en el 2011.
Pero tranquilos, el Veyron Super Sports no va a ser el último Veyron. Bugatti ya anunció planes para la segunda mitad del 2013 de fabricar el Super Veyron. Éste va a tener un motor de 9.8 litros, resultando 1.600 HP. También se le adelgazarán 250 kg usando más fibra de carbono y se le mejorará la aerodinamia, ya que el auto es muy liviano y literalmente puede salir volando a velocidades excesivamente altas. El tiempo de 0 a 100 será de 1.8 segundos y la velocidad máxima será de 460 km/h.
El Veyron normal ya no se puede comprar, ya que ha sido retirado de la producción. Pero sí se puede comprar un Veyron Super Sports, a una módica suma de U$D 2.250.000, aunque con todos los opcionales, no es difícil gastarse más de 4.500.000 en un buen Super Sports a la medida.
Entiendo el punto de que la humanidad siempre tenga que llegar un poco más lejos (o más rápido en este caso). ¿Pero cual es el punto de tanta velocidad a tal precio? Si el único que lo va a poder manejar va a ser un príncipe de Qatar, y sólo para llegar a fiestas luciéndose en el auto más caro que el dinero pueda comprar, a 20 km/h. Y si hay que preguntar, ¿Cuál es el punto de tanta velocidad? Puedo casi jurar que ninguno de todos los Veyron que abandonen la fábrica va a ver la franja de los 400 km/h. Simplemente porque no hay pistas ni carreteras en todo el mundo lo suficientemente largas. En realidad si hay una, pero es propiedad de Volkswagen. Entiendo que hay gente en el mundo que debe gastar tanta plata en un auto, pero ¿qué diferencia hay entre que vaya a 400.000 km/h o a 250? Si, los números son fantásticos, sorprendentes y hasta buena publicidad, pero en la vida real, son francamente inútiles.
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