La introducción de Jeep, la marca que inventó el todo terreno, al segmento de los vehículos utlitarios deportivos (o SUV, como nos gusta llamarlos a la mayoría) fue con un pisotón. Y no por la calidad ni tamaño del vehículo en sí, sino por el éxito masivo en ventas que tuvo la Renegade: 2.746 unidades en el año 2016 (para ponerlo en perspectiva, eso es más que lo que consiguieron el Nissan March o el Renault Kangoo). Pero, para comprender todos los aspectos de la nueva sensación de la marca americana, debemos adentrarnos en todos los detalles de este SUV.
En el mercado Argentino, la Renegade se vende en dos motorizaciones: la primera posee 4 cilindros en línea, con una cilindrada de 1.8 lt. que produce 130 CV y 182 Nm de torque, conectada a una transmisión manual de 5 velocidades o una automática de 6, que a su vez traccionan las ruedas delanteras. El motor que equipa la versión tope de gama es nuevamente un 4 en línea, pero esta vez de 2.4 lt. que produce 190 CV y 232 Nm de torque. Esta versión posee una caja manual de 9 velocidades (más sobre eso luego) y tracción en las cuatro ruedas. Aunque las cifras de velocidad máxima y tiempo de aceleración son casi irrelevantes en un vehículo de estas características, vale mencionarlas: entre 175 y 185 km/h y alrededor de 12 seg. es el tiempo necesario para llegar a 100 km/h.
En cuanto al manejo, se advierte casi inmediatamente que el peso es alto en comparación a la fuerza del motor, especialmente en el modelo de entrada. La transmisión que equipa esta gama posee una buena respuesta, que se ve frustrada ante la masa que ha de mover. En el tope de gama, por su parte, el problema de la reacción se ve levemente apaciguado, aunque la caja de 9 velocidades frustra la experiencia de manejo. A pesar de tener un cambio para cada tipo de terreno y situación, los ratios están un tanto "desafinados" y los cambios ocurren demasiado pronto, con una delicadeza que varía entre la suavidad de la seda y un concierto de Metallica. Sin embargo, cabe aclarar que el usual roll que aqueja a las SUV resulta sorprendentemente solucionado por una muy buena combinación entre rigidez estructural, dirección lineal y una muy satisfactoria suspensión.
Por fuera, la Renegade moderniza el aspecto de las cuadradas Jeep del pasado, tomando lo mejor de un aspecto retro para el mercado actual. Se destacan los anchos arcos de las ruedas, el frente con faros redondos y las 7 líneas verticales en la parrilla. Desde mi punto de vista, el Renegade es un auto de buenas proporciones, especialmente cuando se lo compara con el resto de coches que ofrece este segmento. Dicho eso, siguen sin gustarme las dimensiones que obliga el segmento, obligando a los diseñadores a poner una carrocería que recuerde a una camioneta en el chasis de un auto pequeño. En este caso, gracias a la FCA (Fiat Chrysler Automobiles), el Renegade se basa en el 500X, que a su vez se basa en el Fiat Punto.
Por dentro, sorprende la calidad de los materiales y texturas para un auto americano (que en verdad está basado en un auto italiano). Los plásticos no dejan de ser plásticos, pero al menos se les otorgó una más que decente terminación en lugar de los paneles huecos que ofrecen la Duster o el C3 Aircross. Se destaca el confort que ofrece el Renegade desde su más bajo precio, incluyendo artefactos como control de velocidad crucero, pantalla con GPS y sensores de estacionamiento con cámara, que no suelen ser incluidos en modelos base. La versión tope de gama incluye tapizados de cuero y control de temperatura bi-zona, como los artefactos más destacados.
Donde se luce más el precio extra que uno paga por el tope de gama, es cuando se lo lleva fuera del asfalto, a caminos de grava o barro. Mientras que el Renegade 1.8 se defiende muy bien dadas las especificaciones, el 4x4 es un offroader propiamente dicho. El 4x4 no lucha ante condiciones que ponen en apuros al modelo más barato. Sin embargo, no tiene sentido pagar el precio extra (y la gasolina extra) si no se lo va a utilizar como un vehículo 4x4 gran parte del tiempo, dado las buenas aptitudes que tiene el modelo de entrada.
El precio actual en Argentina es de unos U$D 25.000 para el base, U$D 28.000 para el 1.8 con extra opcionales y U$D 43.000 para la versión Longitude, el tope de gama. Esto puede parecer un excesivo precio, pero comparado con autos como la Ford Ecosport Kinetic (alrededor de U$D 20.000) y la Kia Sportage (U$D 43.000) no surge como un mal precio, especialmente considerando la calidad tanto interior como exterior.
En conclusión e intentando dejar de lado mis prejuicios, la Jeep Renegade no aparenta ser una mala opción en el mercado local. Un buen precio competitivo, calidad que no tiene nada que envidiar a lo que marcas japonesas tienen para ofrecer y un aspecto carismático y adorable lo convierten en un favorito entre los que están en el mercado por un SUV de gama media/media-alta. Sin embargo y siendo un poco más subjetivo, no me parece necesario el gasto extra para un vehículo que cumple casi todas las mismas funciones que un sedán, por un precio más abultado. A fin de cuentas, queda librado a la decisión del conductor.
Donde se luce más el precio extra que uno paga por el tope de gama, es cuando se lo lleva fuera del asfalto, a caminos de grava o barro. Mientras que el Renegade 1.8 se defiende muy bien dadas las especificaciones, el 4x4 es un offroader propiamente dicho. El 4x4 no lucha ante condiciones que ponen en apuros al modelo más barato. Sin embargo, no tiene sentido pagar el precio extra (y la gasolina extra) si no se lo va a utilizar como un vehículo 4x4 gran parte del tiempo, dado las buenas aptitudes que tiene el modelo de entrada.
El precio actual en Argentina es de unos U$D 25.000 para el base, U$D 28.000 para el 1.8 con extra opcionales y U$D 43.000 para la versión Longitude, el tope de gama. Esto puede parecer un excesivo precio, pero comparado con autos como la Ford Ecosport Kinetic (alrededor de U$D 20.000) y la Kia Sportage (U$D 43.000) no surge como un mal precio, especialmente considerando la calidad tanto interior como exterior.
En conclusión e intentando dejar de lado mis prejuicios, la Jeep Renegade no aparenta ser una mala opción en el mercado local. Un buen precio competitivo, calidad que no tiene nada que envidiar a lo que marcas japonesas tienen para ofrecer y un aspecto carismático y adorable lo convierten en un favorito entre los que están en el mercado por un SUV de gama media/media-alta. Sin embargo y siendo un poco más subjetivo, no me parece necesario el gasto extra para un vehículo que cumple casi todas las mismas funciones que un sedán, por un precio más abultado. A fin de cuentas, queda librado a la decisión del conductor.
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