jueves, 16 de febrero de 2017

McLaren P1: idea ecologista puesta al servicio de la potencia.

El predecesor del F1 debía ser todo un suceso. En el 2012 se presentó un concept que presagiaba uno de los mejores superdeportivos de la historia. Luego, fue presentada una versión con tecnología jamás vista en un auto callejero, incorporando a la combustión interna un motor eléctrico que permita obtener la máxima performance a un costo ambiental menor que lo que se veía hasta el momento. Los rumores y las expectativas eran muchas, pero nadie sabía que esperar. 
El P1 incorpora en la zona medio-trasera un V8 twin-turbo derivado del MP4-12C capaz de entregar 727 HP a 7500 RPM. Este motor es complementado por uno eléctrico desarrollado por la propia McLaren, que aporta unos 177 HP por sus propios medios. Esto es, a efecto de dar una proporción, el doble de la potencia del Ford Fiesta 1.6 diésel. En conjunto, los dos motores dan un total de 904 HP y 723 libra-pies de torque, transmitido por una caja de 7 velocidades y doble embrague. Las cifras en la que esto se traduce son sorprendentes: 2.8 segundos de 0 a 100 y una velocidad máxima limitada a 351 km/h, que sin el limitador se convierte en 401 km/h. El peso total es de 1547 kg., lo que se traduce en un ratio de 593 HP por tonelada. 
El P1 al igual que la LaFerrari es tracción trasera, lo que les presenta una desventaja a ambos autos en relación al Porsche 918, el cual tiene tracción en las cuatro ruedas. Sin embargo, el P1 es capaz de conservar el agarre gracias a un inteligente grupo de computadoras que ajustan la suspensión, la altura, el alerón trasero y miles de otras cosas para obtener todo el tiempo el máximo grip posible. 
Junto con el KERS que recupera la energía perdida en el frenado, otra de las tecnologías derivadas de la Fórmula 1 es el DRS, o Drag Reduction System. Este permite bajar el alerón trasero para reducir el arrastre aerodinámico, lo que finalmente se refleja como una mayor velocidad punta en una recta. El peligro de este sistema es, que si no es usado responsablemente, puede cobrar un serio precio reduciendo el agarre en las curvas o la energía de frenado.
Al igual que el Porsche 918, el P1 es un plug-in hybrid que puede ser conducido tanto utilizando sólo el motor eléctrico, sólo el de gasolina o ambos a la vez. De hecho, el P1 tiene 5 modos de conducción: e-mode (manejando con el motor eléctrico tiene un rango de 10 km.), normal, sport, track, y race (en el cual el motor electrico entra en funcion cuando el V8 no está funcionando al 100%, por ejemplo durante se realizan los cambios o cuando los turbos no funcionan por bajas RPM). 
El interior del P1 está focalizado en la reducción de peso. Incluye un sistema de aire acondicionado, pero no mucho más. Ni siquiera tiene una guantera, y la fibra de carbono de la cabina no esta laqueada para ahorrar 1.5 kg. 
Por fuera, el P1 persiste con la filosofía de la reducción de peso y óptimo rendimiento. De hecho, está compuesto por 5 paneles de fibra de carbono, lo que significa menos uniones, menos tuercas y pegamento y una mayor rigidez estructural. En el departamento de diseño, a mi parecer, han dado en el blanco. No solo pone un tilde en las casillas de llamativo y extravagante, sino que también es profundamente hermoso. Es evidente que el 12C ha influido en el aspecto, pero este auto en particular lo lleva a otro nivel. Incluso yo he criticado al 12C que, aunque muy bonito, adolecía de la rimbombancia que caracteriza a los superdeportivos. El P1 llena y muy bien este vacío, destacando el frente con esas exageradas luces en forma del logo de McLaren, las ventilaciones del capó y parrilla, las luces traseras junto al escape y el difusor. La zona trasera, en efecto, es altamente funcional: el escape, junto al difusor y el alerón crean una zona de baja presión en la que el auto se "chupa" y se mantiene en la pista.
El precio de las 375 unidades producidas entre fines del 2013 y fines del 2015 fue de base U$S 1.350.000, aunque gran parte de los acaudalados clientes de la marca de Woking requerían algún tipo de diseño especial, llevando el precio promedio a U$S 1.6 millones. 
Si el Porsche 918 utiliza la tecnología de la nueva era en un hiperdeportivo responsable, con tracción y viraje en las 4 ruedas, el McLaren P1 es el exacto contrario. Es un puro y duro corredor de circuito, mega rápido y técnico, tan increíble para manejar como perfecto en su ingeniería. Sin lugar a dudas, un auto más que especial. 

martes, 14 de febrero de 2017

Ferrari LaFerrari: cuando la combustión interna no es suficiente.

La tradición de la marca del cavallino de festejar sus aniversarios con autos que revolucionarían al mundo comenzó en 1987, con el F40 (por el 40 aniversario de Ferrari). Sin duda un auto que perduraría en el tiempo y la memoria de los adictos a la velocidad. A los 8 años llegó el F50 (mejor olvidar ese desliz), y en 2002 fue presentado el Enzo (F60), otro purasangre superpoderoso. Esa herencia de excelencia automotriz pone un gran peso en la espalda de la nueva joya de la marca de Maranello, un hiperdeportivo que, al menos por su exterior, ciertamente promete. Y mucho.
Sobre el eje trasero de la F70 se esconde un V12 de 6.3 lt. que libera 789 HP, el cual es asistido por una unidad de KERS que recupera la energía perdida en el frenado y produce 161 HP. Este sistema brinda al vehículo explosiones de potencia por períodos cortos de potencia cuando es activado. La suma de estas dos unidades de poder es 950 HP, lo cual se traduce como la mayor cantidad de potencia que alguna Ferrari haya producido jamás. El torque combinado es de 664 libra - pies, llevadas al suelo mediante una caja de 7 velocidades de doble embrague. El resultado de esta asombrosa mecánica es 0 a 100 km/h en 2.7 segundos y una velocidad máxima de 349 km/h. El peso de esta máquina es de unos 1255 kg. sin fluidos y unos 1585 con, ostentando un ratio de 599 HP por tonelada. Increíble.
La LaFerrari, a diferencia del Porsche 918, es tracción trasera, lo que le da un tinte intimidante. Dicho eso, no es para nada peligrosa gracias a un ingenioso sistema de control de tracción y aerodinamia activa, que utiliza la fuerza del aire para mantener el coche sobre la pista. 
A diferencia del Porsche 918 y el McLaren P1, la LaFerrari no puede ser conducida en modo eléctrico 100%. Esto es porque el sistema de KERS que alimenta las baterías solo puede ser recargado por el frenado del auto, y no enchufado a la corriente como sus otros dos rivales. De acuerdo a Ferrari, esto es porque "no estaban interesados en un auto eléctrico". Esa es la manera italiana.  
Por dentro, la F70 se ve claramente influenciada por la deportividad y la persistente puja por la reducción de peso. Sin embargo, se pueden encontrar varios de los lujos que cualquier príncipe árabe demanda, como por ejemplo el aire acondicionado o el sistema de navegación satelital. La búsqueda por la óptima performance se refleja en detalles como el asiento, el cual esta fijo en el lugar y es el tablero con el volante el que se acerca o aleja. Esto permite tener un asiento sin mecanismos debajo, permitiendo que el conductor se siente más cerca del piso en una posición parecida a la de un piloto de Fórmula 1, lo que últimamente conduce a un centro de gravedad más bajo. 
La carrocería de la LaFerrari, manufacturada en 4 tipos diferentes de fibra de carbono para mantener el peso lo más bajo posible es, como poco, llamativa a la vista. Las tomas de aire detrás de las puertas, la agresiva trompa, las amenazantes luces delanteras y la intimidante toma frontal son ejemplos de cómo un automóvil hito en la historia de una de las más renombradas marcas del mundo debería lucir. Personalmente, no es un auto que me parezca lindo: tantas líneas tan violentas se tornan casi burdas y abrumadoras. Sin lugar a duda es un auto que llama la atención por donde se lo mire, pero no por eso me parece bello.
El precio de las 499 unidades fabricadas en el 2014 fue de aproximadamente 1.5 millones de dólares. Ahora bien, quien quiera comprar una LaFerrari en el día de hoy deberá pagar un precio mucho más alto, ya que en Diciembre de 2016 una unidad fue subastada por unos humildes 7 millones de U$S. 
A diferencia del 918, este vehículo definitivamente pone a la electricidad no al servicio de la reducción del consumo (aunque lo logra), sino al servicio de la velocidad. A esta altura esta de más mencionar que el 918, la LaFerrari y el P1 compiten en una liga propia, en la que los tres se diferencian por las sutilezas y detalles. Si el 918 es un híbrido amante de la velocidad, la Ferrari es un híbrido derivado de la F1, estricta y únicamente para propósitos deportivos. 

Porsche 918: híbrido al máximo.

Había una vez un auto híbrido. Toyota Prius lo bautizaron, y resultó todo un éxito en ventas. Pero no fue ni por asomo cautivante para nosotros amantes de la velocidad. Esto es porque el Prius usa la electricidad para salvar al mundo, y eso esta bien; pero el precio a pagar en la velocidad es demasiado alto. Por suerte, Porsche llegó a ponerle un fin a esta moda eco-friendly, y dispuso la electricidad al servicio de la potencia.
Este plug-in hybrid posee detrás de la espalda del conductor un V8 de 4.6 litros que por sus propios medios es capaz de producir 608 HP. A éste, se le suman dos motores eléctricos: uno en la parte trasera que sirve como el generador principal, produciendo 154 HP y traccionando las ruedas traseras en tándem con el motor de combustión interna mediante una caja de doble embrague de siete velocidades; y otro en el frente de 125 HP que opera sobre las ruedas delanteras. El resultado de esta magnífica combinación es un auto de 887 HP y 940 libra-pies de torque con tracción en las cuatro ruedas, que aún así sólo pesa 1640 kg, dando un ratio de 541 HP por tonelada (para dar una cierta perspectiva, el Bugatti Veyron original del 2005 posee 530 HP por tonelada). Todas estas cifras dan como resultado un auto que acelera de 0 a 100 km/h en 2.6 segundos gracias a la potencia instantánea de los motores eléctricos, y hasta una velocidad máxima de 351 km/h.
Otro aspecto interesante de este auto es el hecho de que el viraje es realizado por las cuatro ruedas, en lugar de sólo las dos delanteras como es usual. El sistema, en una curva de baja velocidad, dobla las ruedas traseras en la dirección opuesta a las delanteras, mejorando la agilidad en curvas cerradas. En curvas de alta velocidad, dobla las ruedas en la misma dirección en que apuntan las delanteras, mejorando la estabilidad integral del vehículo.
El 918 puede ser conducido usando varios modos de manejo. En modo carrera, todos los motores producen la máxima potencia posible. En modo híbrido, la computadora de a bordo alterna entre el V8 y los motores eléctricos de la forma más eficiente posible. En modo ecológico, el auto utiliza sólo los motores eléctricos. En este modo, la autonomía es de 29 km. Las baterías, además del sistema de enchufe situado en el pilar B detrás de la ventana del conductor, se recargan mediante un sistema de KERS (que recupera la energía que de otra forma se perdería en el frenado) y recuperando la energía que produce el auto cuando se mueve en punto muerto.
En el interior, los lujos no fueron sacrificados en pos de la reducción de peso. Al contrario, el 918 posee asientos eléctricos, dirección asistida, vidrios eléctricos, control climático, un sistema de sonido de 11 parlantes, techo descapotable estilo targa y una pantalla táctil en el centro que permite controlar el sistema de entretenimiento a bordo.
En el exterior, el estilo es extremadamente agradable a la vista. Se aprecia la inspiración en el clásico Carrera GT, así como también en los autos de carreras 917 y 906. Guardando coherencia con la línea de diseño de la firma alemana, el diseño tampoco es muy salvaje y arriesgado, aunque posee toques encantadoramente deportivos como las tomas de aire laterales o los escapes montados en la parte superior de la tapa del motor, detrás de la cabeza del conductor.
¿El precio a pagar por toda esta genialidad de la ingeniería y la tecnología? En el 2015 (recordemos que esta es una versión limitada de 918 unidades), Porsche pedía U$S 845.000 como piso, sin extras. Hoy, un usado probablemente ronde los U$S 2.000.000.
La técnica y tecnología puestas en este auto es por si sola, un hito de nuestra generación. La utilización de todos los medios que conoce el humano para mover un auto, y la disposición de ellos a la Diosa Velocidad es una muestra de lo que somos capaces como raza. Juzgar este auto es imposible, porque no hay punto en comparación a nada que conozcamos: este vehículo elevó el estándar. Aún así, posee un fatal punto en contra: sus máximos (y únicos) competidores. Dos autos que, como éste, son obras maestras de la mecánica y la ingeniería: el McLaren P1 y la Ferrari LaFerrari.