La tradición de la marca del cavallino de festejar sus aniversarios con autos que revolucionarían al mundo comenzó en 1987, con el F40 (por el 40 aniversario de Ferrari). Sin duda un auto que perduraría en el tiempo y la memoria de los adictos a la velocidad. A los 8 años llegó el F50 (mejor olvidar ese desliz), y en 2002 fue presentado el Enzo (F60), otro purasangre superpoderoso. Esa herencia de excelencia automotriz pone un gran peso en la espalda de la nueva joya de la marca de Maranello, un hiperdeportivo que, al menos por su exterior, ciertamente promete. Y mucho.
Sobre el eje trasero de la F70 se esconde un V12 de 6.3 lt. que libera 789 HP, el cual es asistido por una unidad de KERS que recupera la energía perdida en el frenado y produce 161 HP. Este sistema brinda al vehículo explosiones de potencia por períodos cortos de potencia cuando es activado. La suma de estas dos unidades de poder es 950 HP, lo cual se traduce como la mayor cantidad de potencia que alguna Ferrari haya producido jamás. El torque combinado es de 664 libra - pies, llevadas al suelo mediante una caja de 7 velocidades de doble embrague. El resultado de esta asombrosa mecánica es 0 a 100 km/h en 2.7 segundos y una velocidad máxima de 349 km/h. El peso de esta máquina es de unos 1255 kg. sin fluidos y unos 1585 con, ostentando un ratio de 599 HP por tonelada. Increíble.
La LaFerrari, a diferencia del Porsche 918, es tracción trasera, lo que le da un tinte intimidante. Dicho eso, no es para nada peligrosa gracias a un ingenioso sistema de control de tracción y aerodinamia activa, que utiliza la fuerza del aire para mantener el coche sobre la pista.
A diferencia del Porsche 918 y el McLaren P1, la LaFerrari no puede ser conducida en modo eléctrico 100%. Esto es porque el sistema de KERS que alimenta las baterías solo puede ser recargado por el frenado del auto, y no enchufado a la corriente como sus otros dos rivales. De acuerdo a Ferrari, esto es porque "no estaban interesados en un auto eléctrico". Esa es la manera italiana.
Por dentro, la F70 se ve claramente influenciada por la deportividad y la persistente puja por la reducción de peso. Sin embargo, se pueden encontrar varios de los lujos que cualquier príncipe árabe demanda, como por ejemplo el aire acondicionado o el sistema de navegación satelital. La búsqueda por la óptima performance se refleja en detalles como el asiento, el cual esta fijo en el lugar y es el tablero con el volante el que se acerca o aleja. Esto permite tener un asiento sin mecanismos debajo, permitiendo que el conductor se siente más cerca del piso en una posición parecida a la de un piloto de Fórmula 1, lo que últimamente conduce a un centro de gravedad más bajo.
La carrocería de la LaFerrari, manufacturada en 4 tipos diferentes de fibra de carbono para mantener el peso lo más bajo posible es, como poco, llamativa a la vista. Las tomas de aire detrás de las puertas, la agresiva trompa, las amenazantes luces delanteras y la intimidante toma frontal son ejemplos de cómo un automóvil hito en la historia de una de las más renombradas marcas del mundo debería lucir. Personalmente, no es un auto que me parezca lindo: tantas líneas tan violentas se tornan casi burdas y abrumadoras. Sin lugar a duda es un auto que llama la atención por donde se lo mire, pero no por eso me parece bello.
El precio de las 499 unidades fabricadas en el 2014 fue de aproximadamente 1.5 millones de dólares. Ahora bien, quien quiera comprar una LaFerrari en el día de hoy deberá pagar un precio mucho más alto, ya que en Diciembre de 2016 una unidad fue subastada por unos humildes 7 millones de U$S.
A diferencia del 918, este vehículo definitivamente pone a la electricidad no al servicio de la reducción del consumo (aunque lo logra), sino al servicio de la velocidad. A esta altura esta de más mencionar que el 918, la LaFerrari y el P1 compiten en una liga propia, en la que los tres se diferencian por las sutilezas y detalles. Si el 918 es un híbrido amante de la velocidad, la Ferrari es un híbrido derivado de la F1, estricta y únicamente para propósitos deportivos.
La LaFerrari, a diferencia del Porsche 918, es tracción trasera, lo que le da un tinte intimidante. Dicho eso, no es para nada peligrosa gracias a un ingenioso sistema de control de tracción y aerodinamia activa, que utiliza la fuerza del aire para mantener el coche sobre la pista.
A diferencia del Porsche 918 y el McLaren P1, la LaFerrari no puede ser conducida en modo eléctrico 100%. Esto es porque el sistema de KERS que alimenta las baterías solo puede ser recargado por el frenado del auto, y no enchufado a la corriente como sus otros dos rivales. De acuerdo a Ferrari, esto es porque "no estaban interesados en un auto eléctrico". Esa es la manera italiana.
Por dentro, la F70 se ve claramente influenciada por la deportividad y la persistente puja por la reducción de peso. Sin embargo, se pueden encontrar varios de los lujos que cualquier príncipe árabe demanda, como por ejemplo el aire acondicionado o el sistema de navegación satelital. La búsqueda por la óptima performance se refleja en detalles como el asiento, el cual esta fijo en el lugar y es el tablero con el volante el que se acerca o aleja. Esto permite tener un asiento sin mecanismos debajo, permitiendo que el conductor se siente más cerca del piso en una posición parecida a la de un piloto de Fórmula 1, lo que últimamente conduce a un centro de gravedad más bajo.
La carrocería de la LaFerrari, manufacturada en 4 tipos diferentes de fibra de carbono para mantener el peso lo más bajo posible es, como poco, llamativa a la vista. Las tomas de aire detrás de las puertas, la agresiva trompa, las amenazantes luces delanteras y la intimidante toma frontal son ejemplos de cómo un automóvil hito en la historia de una de las más renombradas marcas del mundo debería lucir. Personalmente, no es un auto que me parezca lindo: tantas líneas tan violentas se tornan casi burdas y abrumadoras. Sin lugar a duda es un auto que llama la atención por donde se lo mire, pero no por eso me parece bello.
El precio de las 499 unidades fabricadas en el 2014 fue de aproximadamente 1.5 millones de dólares. Ahora bien, quien quiera comprar una LaFerrari en el día de hoy deberá pagar un precio mucho más alto, ya que en Diciembre de 2016 una unidad fue subastada por unos humildes 7 millones de U$S.
A diferencia del 918, este vehículo definitivamente pone a la electricidad no al servicio de la reducción del consumo (aunque lo logra), sino al servicio de la velocidad. A esta altura esta de más mencionar que el 918, la LaFerrari y el P1 compiten en una liga propia, en la que los tres se diferencian por las sutilezas y detalles. Si el 918 es un híbrido amante de la velocidad, la Ferrari es un híbrido derivado de la F1, estricta y únicamente para propósitos deportivos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario