El Viper está de vuelta. Y no le den importancia a todo lo que escucharon, porque no volvió más tranquilo. ¿Y qué si tiene control de tracción, control de estabilidad y GPS con Bluetooth? Esta es una bestia, y una en serio.
Detrás de las ruedas delanteras y escondido bajo el capó, hay un motor que posee cilindradas de 1930. 8.4 L en un V10 que produce 640 HP (649 CV), capaces de llevar al Viper de 0 a 100 en 3.4 segundos y hasta los 331 km/h antes de ser detenido por las leyes de la física. La nueva transmisión manual de seis velocidades posee un 50 por ciento más de fuerza en su eje, lo que le permite distribuir mejor la potencia a las ruedas traseras. Otro cambio se ve en la suspensión, la cual fue modificada para que el auto pueda doblar en las curvas sin chocar contra un árbol. Los frenos también fueron mejorados, que ahora son ABS de 4 canales.
Por dentro, se nota la intención de Chrysler y Fiat de hacer un auto más cómodo para el día a día, y no una máquina del circuito como las cuatro generaciones anteriores. Conexión de Bluetooth para el teléfono, control de tracción y estabilidad (ESP) y una pantalla táctil con GPS son pruebas más que suficientes de esto. Todos estos artilugios, sin embargo, no lo hicieron perder la deportividad y violencia características del nombre Viper. De hecho, están combinadas con un interior muy sensual, forrado de cuero rojo y negro en el que se puede ver la influencia italiana de Fiat en términos de estilo y diseño.
La carrocería es una de las características que más me gusta del SRT. Satisface las dos áreas que no pueden ser omitidas en el diseño de un deportivo: el sexo y la violencia. Las curvas impecables lucen bien sea cual sea el ángulo en que se las mire. Mi problema con la generación anterior era que no estaba completamente seguro de cómo quedaba la parrilla con la típica cruz de Dodge. No me malentiendan, creía (y aún lo hago) que era un auto fantástico, un verdadero coche de poster, pero no me terminaba de convencer ese frente. En el modelo 2013, no obstante, solucionaron este "problema". Otra cosa sorprendente de esa maravillosa carrocería es que cada uno de los agujeros que tiene son funcionales. Por ejemplo, las entradas que tiene al lado de las puertas llevan aire a los frenos y al motor.
El precio del SRT en Estados Unidos es de U$D 102.000 para la versión estándar y U$D 135.000 para el GTS. El único problema con esto es que su principal competidor, el Corvette C7, no supera los U$D 85.000, aún en su versión más cara y con todos los opcionales incluidos. En conclusión, podemos decir que el Viper está de vuelta, y más bestial que nunca. Sobre todo en la cifra del precio.
Por dentro, se nota la intención de Chrysler y Fiat de hacer un auto más cómodo para el día a día, y no una máquina del circuito como las cuatro generaciones anteriores. Conexión de Bluetooth para el teléfono, control de tracción y estabilidad (ESP) y una pantalla táctil con GPS son pruebas más que suficientes de esto. Todos estos artilugios, sin embargo, no lo hicieron perder la deportividad y violencia características del nombre Viper. De hecho, están combinadas con un interior muy sensual, forrado de cuero rojo y negro en el que se puede ver la influencia italiana de Fiat en términos de estilo y diseño.
La carrocería es una de las características que más me gusta del SRT. Satisface las dos áreas que no pueden ser omitidas en el diseño de un deportivo: el sexo y la violencia. Las curvas impecables lucen bien sea cual sea el ángulo en que se las mire. Mi problema con la generación anterior era que no estaba completamente seguro de cómo quedaba la parrilla con la típica cruz de Dodge. No me malentiendan, creía (y aún lo hago) que era un auto fantástico, un verdadero coche de poster, pero no me terminaba de convencer ese frente. En el modelo 2013, no obstante, solucionaron este "problema". Otra cosa sorprendente de esa maravillosa carrocería es que cada uno de los agujeros que tiene son funcionales. Por ejemplo, las entradas que tiene al lado de las puertas llevan aire a los frenos y al motor.
El precio del SRT en Estados Unidos es de U$D 102.000 para la versión estándar y U$D 135.000 para el GTS. El único problema con esto es que su principal competidor, el Corvette C7, no supera los U$D 85.000, aún en su versión más cara y con todos los opcionales incluidos. En conclusión, podemos decir que el Viper está de vuelta, y más bestial que nunca. Sobre todo en la cifra del precio.