Si hay un auto que claramente está inspirado en otro vehículo del pasado, es el BMW Z8. Es imposible no percibir el parecido con el 50 años mayor BMW 507 (en mi opinión, uno de los autos más lindos de la historia). Pero, ¿qué es el Z8 además de una cara bonita?
El Z8 viene equipado con un motor V8 de 4.9 L, capaz de producir 394 HP (399 CV), que llevan al BMW de 0 a 100 en 4.7 segundos, camino a los 250 km/h, la velocidad máxima del coche (la velocidad fue limitada electrónicamente). La transmisión es manual de 6 velocidades, y es un placer informar que hace su trabajo mejor que bien. La aceleración es instantánea, y cada cambio te hace sentir los 394 HP en la columna vertebral. El sonido está fríamente manipulado por ingenieros, y así, derrite a los fanáticos de los autos que lo escuchan en una sinfonía del escape.
En cuanto al exterior, no hay mucho que decir. El Z8 es un auto excelentemente proporcionado, que usa líneas clásicas para formar un auto bellísimo, que casi explica la adicción de algunos de nosotros, fanáticos de los autos, con los motores. Pero las líneas clásicas contrastan dulcemente con aspectos modernos, tales como las luces traseras y las llantas. También, el capó es muy largo, al igual que en todos y cada uno de los modelos Z de BMW, por lo que la cabina se ubica bien atrás. Sin duda alguna, el Z8 se ubica en mi lista de los 5 autos más lindos del siglo XX.
El interior recuerda más al de un descapotable para pasear que al de una máquina que acelera de 0 a 100 en menos de 5 segundos. No me malinterpreten, nunca dije que sea feo; sólo digo que no está para nada relacionado con el manejo y motor del auto. El volante parece que intenta ser "clásico", pero falla en el intento. Lo mismo sucede con las salidas de aire acondicionado, y el oculto stereo. Los indicadores del tablero electrónico están en el centro de la consola, incómodo para alguien que quiere conducir deportivamente.
Si al Z8 se lo lleva al límite, es uno de los autos más divertidos para manejar que existe. Es verdad que reacciona agresivamente al recuperarse de un derrape importante, pero si se lo maneja con una pizca de moderación, puede ser un auto fácil de manejar, y sorprendentemente divertido.
El precio original en el 2003, último año de producción del BMW, era de U$D 130.000. Si consideramos que en aquel momento un Aston Martin DB7 costaba U$D 160.000 y una Ferrari 360 Spyder U$D 175.000, no hay mucho en que pensar.
El Aston y la Ferrari tienen bien en claro para que fueron armados: para ser autos cabriolet que pueden alcanzar velocidades enormes. En cambio, el Z8 no sabe si es un deportivo, un auto para pasear por Miami o una copia contemporánea de un auto de 50 años. Y ahí llegamos a la razón por la que no me gusta el Z8. Sí, es hermosísimo. Sí, la combinación de la caja y el motor son geniales. Y sí, por dentro es un hermoso lugar para estar. Pero aún así, no lo elegiría: ni siquiera los que lo armaron saben que clase de auto es, y eso no es algo que yo quiero en mi auto.
El Z8 viene equipado con un motor V8 de 4.9 L, capaz de producir 394 HP (399 CV), que llevan al BMW de 0 a 100 en 4.7 segundos, camino a los 250 km/h, la velocidad máxima del coche (la velocidad fue limitada electrónicamente). La transmisión es manual de 6 velocidades, y es un placer informar que hace su trabajo mejor que bien. La aceleración es instantánea, y cada cambio te hace sentir los 394 HP en la columna vertebral. El sonido está fríamente manipulado por ingenieros, y así, derrite a los fanáticos de los autos que lo escuchan en una sinfonía del escape.
En cuanto al exterior, no hay mucho que decir. El Z8 es un auto excelentemente proporcionado, que usa líneas clásicas para formar un auto bellísimo, que casi explica la adicción de algunos de nosotros, fanáticos de los autos, con los motores. Pero las líneas clásicas contrastan dulcemente con aspectos modernos, tales como las luces traseras y las llantas. También, el capó es muy largo, al igual que en todos y cada uno de los modelos Z de BMW, por lo que la cabina se ubica bien atrás. Sin duda alguna, el Z8 se ubica en mi lista de los 5 autos más lindos del siglo XX.
BMW 507 |
Si al Z8 se lo lleva al límite, es uno de los autos más divertidos para manejar que existe. Es verdad que reacciona agresivamente al recuperarse de un derrape importante, pero si se lo maneja con una pizca de moderación, puede ser un auto fácil de manejar, y sorprendentemente divertido.
El precio original en el 2003, último año de producción del BMW, era de U$D 130.000. Si consideramos que en aquel momento un Aston Martin DB7 costaba U$D 160.000 y una Ferrari 360 Spyder U$D 175.000, no hay mucho en que pensar.
El Aston y la Ferrari tienen bien en claro para que fueron armados: para ser autos cabriolet que pueden alcanzar velocidades enormes. En cambio, el Z8 no sabe si es un deportivo, un auto para pasear por Miami o una copia contemporánea de un auto de 50 años. Y ahí llegamos a la razón por la que no me gusta el Z8. Sí, es hermosísimo. Sí, la combinación de la caja y el motor son geniales. Y sí, por dentro es un hermoso lugar para estar. Pero aún así, no lo elegiría: ni siquiera los que lo armaron saben que clase de auto es, y eso no es algo que yo quiero en mi auto.